La bergamota es una nota infinitamente dinámica con la capacidad de elevar y realzar los aromas cálidos y amaderados o avivar las fragancias florales que necesitan un toque especiado y ácido. Este ingrediente naturalmente suave es de lo más popular en muchas fragancias, y ofrece un toque picante y chispeante que recuerda a las dulces mañanas de verano o los relajados días de primavera. Su fugaz ligereza combina a la perfección con una amplia variedad de familias de fragancias.

Se recolecta cuidadosamente a mano en Calabria, una región costera soleada de Italia. De noviembre a marzo, se recoge, clasifica y agrupa según su procedencia. El aceite esencial se extrae del pericarpio de la fruta y luego se coloca en una máquina equipada con rodillos cilíndricos que pinchan y rallan la fruta para extraer suavemente sus codiciadas esencias. Durante esta operación, los frutos son rociados continuamente con pequeños chorros de agua fría a presión que, al lavar la piel, arrastran los extractos en una centrifugadora donde se separan la parte acuosa y el aceite. Para producir un solo litro de aceite esencial, se necesita la impresionante cantidad de 200 kg de bergamota.

La bergamota es un híbrido interesante entre el limón y la naranja amarga, y a menudo se identifica por tener una apariencia similar a la de una lima. A pesar de su apariencia jugosa, la fruta no es comestible, pero lo que le falta en sabor, sin duda, lo compensa en fragancia. Hubo una época en la que la esencia de bergamota se extraía a través de un método de "esponja": se partía a "corteza" de la fruta, se extraía la esencia mediante presión y finalmente se recolectaba con esponjas.$ Hoy en día, las calidades de esencia de bergamota que se utilizan para la perfumería son sin bergapteno, un ingrediente que, cuando se exponía al sol, podía resultar dañino para la piel. La bergamota también puede ser difícil de cultivar, ya que solo el 1 % de sus flores producirán frutos.